Son muchos los nombres que se le han dado a la Luna: Ishtar, Isis, Cibeles, Selene, Artemis, Diana y otros. Su aspecto positivo confiere imaginación, romanticismo, intuición y altruismo. Su parte negativa consiste en la indolencia, infantilismo, inconstancia, capricho y sentimiento de inseguridad
Mercurio representa la lógica, la razón y la astucia. La comunicación o la intermediación. Sentido de la discriminación, de la separación de intereses o de la ambivalencia y dualidad.
Es el planeta más cercano el Sol y, en consecuencia, el más rápido en recorrer su órbita, esto es, en dar una vuelta completa al astro central. Por eso representa valores de rapidez, movilidad e inquietud. Visto desde la Tierra, su máxima distancia al Sol es de 28 grados, por lo que entre el Sol y Mercurio nunca puede haber cuadratura ni oposición.
Es el principio emisor-receptor con el que cada uno funciona en la vida y se adapta a la misma. La manera de captar o entender a los demás y de transmitir nuestras ideas. Representa la lógica, la razón y la astucia. La comunicación, el intercambio o la intermediación. Sentido de la discriminación, de la separación de intereses o de la ambivalencia y dualidad. Los detalles. Los artilugios que mueven y hacen posibles los viajes y los escritos o comunicados. Como etapa de la vida, rige la adolescencia.
Venus es el principio de la atracción y el rechazo, ayudándonos a configurar nuestra particular escala de valores, con sus simpatías y antipatías
Es el planeta que, junto a Júpiter, más brilla en el cielo. También conocida como “lucero del alba” o “lucero del anochecer” porque visto desde la Tierra nunca puede estar más alejado de 48 grados del Sol. Así que sólo puede ser visto poco antes del amanecer o poco después de la puesta de Sol.
Es el principio de la atracción y el rechazo, ayudándonos a configurar nuestra particular escala de valores, con sus simpatías y antipatías. Representa la manera de dar y recibir los afectos, la sonrisa, la seducción, la sensualidad y el impulso hacia el placer. Los modales, sentimiento artístico, estético y ético. Todo lo relacionado con la decoración o el embellecimiento. Componente erótico-seductor. Toda persona susceptible de ser amada u objeto posible de deseo. También guarda relación con lo que actualmente se conoce como inteligencia emocional. En edades, representa la primera juventud, la edad del despertar de los sentimientos.
Marte representa la lucha por la supervivencia. La autoafirmación. La energía, la violencia y la agresividad. Es el grado de iniciativa y acción o de puesta en marcha.
Planeta que desde la Tierra y a simple vista se aprecia su color rojizo, uno de los motivos por el que los antiguos lo asociaron a la guerra y a la sangre. Más allá de la órbita de la Tierra es el primer planeta que se encuentra. Tarda unos dos años en dar la vuelta al Sol y al Zodíaco completo, por lo que suele estar unos dos meses en cada signo.
Valores de fuego, ardor, fuerza y lucha. Representa la lucha por la supervivencia. Combatividad y energía. También tiene que ver con la agresividad, que puede ser positiva y llevar a la autoafirmación, o negativa e inclinar hacia la violencia. La pasión, creadora o destructora. La conquista. Es el grado de iniciativa y acción o de puesta en marcha. Corresponde a la plenitud de la vida, cuando verdaderamente luchamos por conseguir las ambiciones que determina nuestro signo solar.
Si está armónico o en el conjunto de una Carta Astral equilibrada, da coraje, valor y decisión. En cambio, si está mal ubicado o en una Carta Astral inarmónica, puede dar una agresividad desmedida o brutalidad.
Júpiter representa el principio de eclecticismo, de cohesión, de coordinación entre el instinto y la razón, entre lo humano y lo divino. Globalidad o amplitud en la manera de enfocar las cosas.
Es el planeta más grande de nuestro Sistema Solar y también el más visible y brillante a simple vista, junto a Venus. Los antiguos lo llamaron “la fortuna mayor”, por considerarlo el más benéfico de todos. Como peculiaridad, tiene una gran mancha roja. Da la vuelta completa al Sol y al Zodíaco en unos doce años, aproximadamente a razón de un signo por año.
Representa el idealismo, la utopía y una visión esperanzada y optimista de la vida. Autoconfianza, entusiasmo y risa. Principio de eclecticismo, de cohesión, de coordinación entre el instinto y la razón, entre lo humano y lo divino. Globalidad o amplitud en la manera de enfocar las cosas. Concepción filosófica del mundo. Paternalismo, bondad, tendencia a la protección y a la filantropía. Complejo de superioridad y exhibicionismo. Tiene que ver con la lectura que hacemos del mundo y todos los grandes sistemas que nos rigen, como las religiones, las leyes o las creencias. Manifestaciones culturales. Corresponde a la madurez que, tras la lucha desatada por Marte, nos da el fruto de la vida, la comodidad tras haber conseguido ciertos logros.
Bien dispuesto o en el conjunto de una carta astral armónica, da benevolencia, inteligencia, éxito, extroversión y simpatía. Si su estado cósmico es inarmónico, puede dar superstición, engreimiento o fanfarronería.
Principio de conservación. Lentitud y reflexión. Perseverancia, sentido constructivo y seriedad de propósitos. Aislamiento, soledad. Pesimismo, introversión y melancolía.
Es el último de los planetas visibles a simple vista. El más lento y alejado de los que conocían los antiguos. Se caracteriza por estar rodeado de un espectacular cinturón de anillos.
Principio de conservación, de estructuración. Lentitud y reflexión. Perseverancia, sentido constructivo y seriedad de propósitos. Aislamiento, soledad. Pesimismo, introversión y melancolía. Representa la tradición. Obligaciones y deberes. Responsabilidades, limitaciones y fronteras. La voz de la conciencia. Desapego, renuncia, inhibición. Retrasos y obstáculos o realizaciones lentas. Preocupación por el lado material de la vida. En etapas de la vida, corresponde a la vejez. Es el planeta que no enseña a aceptar las pruebas del crecimiento, es decir, de cada etapa de la vida. Por eso, cuando está bien integrado, puede ser un punto de fuerza, tanto moral como intelectual y espiritual.
Si su estado cósmico es bueno, otorga responsabilidad, organización, disciplina, ambición y rigor. De lo contrario, causa frustación, inhibición y resentimiento o da el tipo acaparador
Principio de originalidad y excentricidad. Empuja a buscar rasgos con los que distinguirse o diferenciarse de los demás. Todo lo fuera de lo común, lo raro. Deseo de experimentación y de novedad.
Primero de los planetas descubiertos en tiempos relativamente recientes, en el año 1781, y también el primero que no se puede ver a simple vista. Urano representa las revoluciones, la independencia y el cambio radical. Emplea unos 84 años en dar la vuelta completa al Sol o al Zodíaco. Debido a su largo ciclo es uno de los planetas generacionales, y por ello trasciende el ámbito de lo personal.
Principio de originalidad y excentricidad. Empuja a buscar rasgos con los que distinguirse o diferenciarse de los demás. Difícil para colaborar o cooperar, pudiendo dar terquedad o sensación de soledad por sentirse diferente. Todo lo fuera de lo común, lo raro. Deseo de experimentación y de novedad. Tendencia a lo heterodoxo. Originalidad, genialidad o imprevisión. La sorpresa y lo inesperado. Futurismo o vanguardismo. En la vida corresponde al momento en que van desapareciendo todas las estructuras y finalidades y empezamos a comprender cual es nuestra verdadera individualidad. De nuevo, nos encontramos solos ante el mundo.
En buen estado cósmico o en una carta astral armónica, otorga libertad, independencia y dotes organizativas. En un conjunto inarmónico, puede dar testarudez y rebeldía mal canalizada
Representa la imaginación, la fantasía y los sentimientos platónicos. Sensacionalismo. Sueños premonitorios, intuiciones y contactos con el más allá. Hipnosis, clarividencia y mediumnidad.
Planeta descubierto en 1846, con la Europa de las barricadas, como es conocido aquel periodo histórico por las revueltas sociales, y cuando nació el comunismo de la mano de Marx y Engels. Asociado a la filantropía y los ideales igualitarios. Principio de la compasión y de la integración en la globalidad. Tarda unos 165 años en completar la vuelta al Sol y al Zodíaco. Suele emplear unos 13 años de promedio en transitar por cada signo.
La imaginación, la fantasía y los sentimientos platónicos. Sensacionalismo. Sueños premonitorios, intuiciones y contactos con el más allá. Hipnosis, clarividencia y mediumnidad. La espiritualidad, el misticismo o el sentimiento de fundirse con el mundo y con el Todo. Las metamorfosis. Pero también, en un sentido negativo, el caos o la falta de discriminación. La disolución y la pérdida de identidad o de orientación. En la vida corresponde al periodo en que comprendemos que debemos abandonar este mundo o estamos a punto de hacerlo y nos planteamos que habrá más allá.
Armónico, suele dar espiritualidad e indica una persona hospitalaria, compasiva, un ser artista o intuitivo. Inarmónico, suele generar escapismo o idealismo con poca base que conduce al desengaño
Simbólicamente, representa la muerte para la posterior regeneración, es decir el ave fénix. Lo oculto, lo subterráneo y todo aquello en lo que es necesario profundizar para poder alcanzar su verdadero contenido.
Es el planeta más alejado del Sol y, consecuentemente, el más lento. Pero, en ocasiones, debido a la excentricidad de su órbita, lo tenemos más cerca que Neptuno, como está ocurriendo en estos años. Descubierto en 1930 por Percival Lowell, prácticamente al unísono con la mayor depresión económica de Occidente, está vinculado, entre otras cosas, al dinero. Tarda unos 245 años en dar la vuelta completa al Sol o al Zodíaco, empleando entre 13 y 22 años en atravesar un solo signo. Recientemente fue degradado de su condición planetaria, pero los astrologos continuan considerandole una influencia decisiva sobre la proclividad de la energía que puede afectar el análisis astral.
En un sentido simbólico, representa la muerte para la posterior regeneración, es decir el ave fénix. Lo oculto, lo subterráneo y todo aquello en lo que es necesario profundizar para poder alcanzar su verdadero contenido, como la espeleología, la ginecología o el psicoanálisis. La sexualidad y los temas tabú o prohibidos. También rige los procesos de putrefacción en la naturaleza, que pueden contribuir a una nueva vida. Grandes males sociales o plagas difíciles de combatir, como son los grupos corruptos, mafias y terrorismos. Las luchas por el poder y la necesidad del mismo. La sexualidad. Situaciones escabrosas. Cuando transita por puntos destacados de la carta astral anuncia grandes crisis o profundos procesos de transformación. En etapas de la vida corresponde a la muerte y la descomposición.
Bien ubicado, da carisma o un cierto poder seductor. Capacidad para sondear lo indescifrable y para operar cambios en los demás. Mal ubicado, delata al manipulador, al extorsionador o al sádico.
( III Parte )
Puntos Ficticios dentro de la Carta Astrológica:
Además de los planetas, en las cartas astrales suelen figurar puntos ficticios, es decir, sin cuerpo físico. Constituyen puntos geométricos y matemáticos en el espacio sideral.
Además de los planetas, en las cartas astrales suelen figurar puntos ficticios, es decir, sin cuerpo físico. Unos constituyen puntos geométricos y matemáticos en el espacio, como los Nodos lunares y la Luna Negra; otros son puntos procedentes de simples cálculos matemáticos, como la Rueda de la Fortuna y el resto de Partes Arábigos. Haremos una breve descripción de los más interesantes de todos estos puntos, pero solamente de los clásicos, ya que últimamente se están añadiendo nuevos puntos ficticios.
Nodos lunares: Son los puntos de intersección entre la órbita de la Tierra y la de la Luna, entre las cuales hay una inclinación de unos cinco grados. El punto donde la Luna cruza la órbita de la Tierra en sentido ascendente se conoce como Nodo Norte lunar o Cabeza de Dragón; el punto en que la cruza en sentido descendente se conoce como Nodo Sur lunar o Cola de Dragón.
A los Nodos lunares se les asocia con el Karma. El Nodo Sur representa lo que traemos a esta vida por exceso, mientras que el Nodo Norte indica aquello que debemos conquistar o intentar alcanzar. Se trata de dos puntos entre los que debemos procurar un cierto equilibrio.
Rueda de la Fortuna: Es el más conocido entre los numerosos puntos ficticios de una carta astral, que son conocidos genéricamente como Partes o Puntos Arábigos. La Rueda de la Fortuna se calcula mediante esta sencilla fórmula: ASC+Luna-Sol. Es decir, a la longitud eclíptica del ascendente se le suma la de la Luna y se le resta la del Sol. Se supone que allí donde se ubique la Rueda de la Fortuna habrá una suerte o protección especial, según lo que represente el signo y la casa en que se halle.
Parte del Infortunio: Otro de los Partes Arábigos. Se calcula mediante la fórmula: ASC+Marte-Saturno. Es decir, a la longitud eclíptica del Ascendente se le suma la de Marte y se le resta la de Saturno. En contraposición a la Rueda de la Fortuna, constituye un aviso de cautela, puesto que según el signo y casa en los que se ubique señala en qué podemos tener algún problema especial.
Luna Negra: A pesar de las confusiones que existen respecto a este punto, la Luna Negra es el lugar del apogeo lunar. En su revolución alrededor de la Tierra, nuestro satélite tiene un punto de mayor aproximación (perigeo) y otro de mayor alejamiento (apogeo). Se supone que la Luna Negra o Lilith, como algunos la denominan, representa aspectos oscuros de nuestra naturaleza o pasiones difíciles de dominar, también algún aspecto transgresor.
A los Nodos lunares se les asocia con el Karma. El Nodo Sur representa lo que traemos a esta vida por exceso, mientras que el Nodo Norte indica aquello que debemos conquistar o intentar alcanzar.
Los Signos Zoodiacales: Preminencia Arqueotípica.
Aries: La fuerza del Guerrero.
Con Aries comienza el Zodíaco, por lo que representa el primer estadio vital de nuestra existencia, cuando, tras el nacimiento, empezamos a ser individuos por nosotros mismos.
Aries tiene espíritu de líder, de pionero, de guía o de promotor, de algo, en definitiva, que lo haga sentir el primero, el mejor o el más rápido. A lo largo de su vida irá desarrollando un espíritu competitivo, como si la lucha por la supervivencia dependiese de ello. En el fondo, tiene sed de conquistas o de batallas, sean éstas deportivas, económicas, sentimentales o de cualquier otro tipo, algo, en definitiva, que le permita realizar una hazaña. La tranquilidad para este signo es un anatema: siempre tiene que estar haciendo cosas, aunque, si es posible, a ráfagas o aquello que le venga en gana. Se divierte más y reacciona con más ilusión ante desafíos o nuevos estímulos y proyectos que en historias consolidadas.
En su evolución personal, muchas veces, sus pasos entrañan riesgos considerables, pero Aries no suele ser muy consciente del peligro. En cambio, si que tiene miedo al sufrimiento o a los problemas físicos.
En sus relaciones personales prefiere un trato directo; hay que ir al grano, sin demasiada retórica ni preparativos. Realmente Aries es impulsivo e impaciente. En el fondo, son como niños, algo caprichosos, que quieren las cosas ya; de lo contrario, se pueden enfadar, aunque sus enfados les duran poco.
En el amor actuará según su grado de evolución. Normalmente Aries se entrega total e incondicionalmente a la persona amada, a la que suele idealizar como encarnadora de todos los valores que espera ver en su amor. En cambio, los Aries que viven más en su estadio infantil necesitan ir de conquista en conquista para afirmarse a sí mismos.
De una persona Aries cuya carta astral sea armónica en su conjunto se puede esperar: valor, audacia, confianza en sí mismo, sentido del humor, iniciativa y noble ambición.
De una persona Aries cuya carta astral sea armónica en su conjunto se puede esperar: valor, audacia, confianza en sí mismo, sentido del humor, iniciativa y noble ambición.
Tauro: La Subsistencia.
Representa la consolidación de la primavera, la densidad de la vegetación. Signo de Tierra, es racional y materialista en sus enfoques, es decir, Tauro cree aquello que puede ver o comprobar.
Hay dos tipos básicos de Tauro, uno movido por la pasión por la vida, por disfrutarla y quizá con bastante impulso; otro, en cambio, campechano y tranquilote. Aunque ambas actitudes pueden ir mezcladas en un mismo Tauro.
Tauro suele tener los sentidos bastante desarrollados o a flor de piel, destilando, incluso, sensualidad. Le gusta disfrutar lo bueno de la vida, siendo uno de los signos más hedonistas del Zodíaco. Sin embargo, no es raro encontrar a nativos de este signo que saben vivir con gustos sencillos. Sus cualidades para la decoración o el arte son notorias, pudiendo desarrollar una prolífica labor.
De temperamento conservador por naturaleza, tienden a actuar siempre de la misma manera y difícilmente cambian su escala de valores. Esto es lo que los puede hacer, a algunos de ellos, lentos o perezosos, pero, en contrapartida, también tendrán una gran determinación en alcanzar sus objetivos. La tranquilidad y la paciencia son dos de sus mejores armas, pero pueden caer en la fijación y la tozudez.
En cuanto a sus sentimientos, del mismo modo que dan vueltas en torno a los temas que les obsesionan, son intensamente fieles hacia su familia, sus amigos o los suyos, a los que se entregan incondicionalmente. Sin embargo, normalmente son posesivos y celosos.
A veces se exagera al hablar de su afición por el dinero. Tauro suele ser mucho más noble y generoso de lo que se cree, pero sólo en casos necesarios, precisamente porque sabe que el apartado de gastos y ganancias es fundamental para la vida. Lo que pasa es normal dentro del proceso evolutivo que representa el Zodíaco: después de nacer y tener nuestro propio cuerpo (Aries), procuramos amamantarnos para la subsistencia (Tauro); esta necesidad vital marca la impronta del subconsciente de Tauro, condicionándolo para que, a lo largo de su vida, busque un bienestar, que, sólo para algunos de ellos, consiste en perseguir la riqueza o el almacenamiento.
En aquellos Tauro cuya carta astral sea armoniosa en su conjunto, podemos encontrar algunas de estas cualidades: buena administración de los recursos, concentración, sentido del humor, serenidad, estoicismo, capacidad de trabajo y sentido del deber.
Sin embargo, cuando el conjunto de la carta astral es inarmónico, podemos encontrar en un Tauro alguno de estos defectos: testarudez, pesadez, holgazanería, dogmatismo y torpeza.
Geminis: la dualidad.
Este signo de Aire está representado por los gemelos, simbolizando la dualidad, la versatilidad y la necesidad de hacer cosas con los demás o en compañía.
En la constelación del signo, destacan los gemelos Pólux y Cástor. El primero era inmortal, mientras que el otro era mortal, lo que viene a significar que hay dos tipos básicos o dos subarquetipos de este signo: uno tiende a estar bien informado y comunicado, formal, con atracción por la cultura y de comportamiento caballeresco. El otro, en cambio, puede ser inquieto, nervioso, emotivo y hasta oportunista. Ambos suelen ser simpáticos, elocuentes o convincentes.
Su versatilidad o gusto por la variedad tiende a manifestarse en todos los aspectos de la vida, siendo frecuente que empiecen cosas y no las terminen o que hayan pasado por varios estudios o trabajos. Por eso muchos de sus nativos se convierten en aprendices de todo y maestros de nada. Hábilmente camaleónico, Géminis es uno de los signos que más facilidad tiene para adaptarse a las circunstancias, o para variar de actitud y comportamiento según con quien se halle. Sin embargo, Géminis es un signo habilidoso para cualquier cosa que se proponga, pudiendo llegar fácilmente al virtuosismo. De todos modos, su atracción por la variedad le da la tentación de estar en dos sitios a la vez.
Su destino está, con frecuencia, vinculado a los viajes, las oficinas, el comercio y los medios de comunicación. Tiene capacidad para contactar con las personas y para el intercambio de información. Géminis necesita al otro, necesita al interlocutor para verse reflejado a sí mismo. Para bien o para mal, los Géminis aparecen con bastante frecuencia ante la sociedad constituyendo duplos o pares, es decir, siendo una especie de amigo o socio principal de alguien.
En el amor tiende al romanticismo, pero, al mismo tiempo, suele temer al compromiso. Es fácil que muestre un comportamiento flirteador y amistoso.
En los Géminis cuya carta astral es armónica, encontramos las siguientes cualidades: inteligencia o rapidez mental, vivacidad, ingeniosidad, versatilidad y capacidad de relacionarse.
En Géminis con una carta astral armónica, encontramos inteligencia, rapidez mental y versatilidad. En cambio, si la carta astral es inarmónica puede mostrar inestabilidad, superficialidad y desasosiego.
Cáncer: El Sentimiento.
Cáncer está representado por el cangrejo de río y coincide con el comienzo del verano en el hemisferio norte; invierno en el sur. Es un signo de Agua, es decir, en el que predominan los sentimientos.
Su tendencia a remontarse en el pasado y su prodigiosa memoria le otorga, con frecuencia, un espíritu coleccionista, incluso aficiones de anticuario o de historiador. Muchas veces su aspecto exterior de dureza esconde una gran sensibilidad o ternura. Y posee una tenacidad comparable a la del cangrejo, que cuando atrapa una presa antes se deja romper una tenaza que la suelta. De hecho, Cáncer es correoso y puede llegar a tener una sólida moral.
Bastante tímido, en sus relaciones personales necesita un trato delicado y cariñoso. Cuando recibe un trato cálido y protector, se crece y lucha, defendiendo tenazmente a su familia. Pero también podemos encontrarnos -por distintos motivos- al Cáncer extremadamente sensible, encerrado en su caparazón o aislado entre cuatro paredes. En ocasiones, estas dos tendencias pueden alternarse en diferentes etapas de una misma vida.
De hecho, debido a la extraordinaria influencia lunar que reina sobre Cáncer, uno de sus principales problemas pueden ser los increíbles altibajos en los estados de ánimo. Su alterable humor le puede hacer pasar de la risa al llanto con la misma facilidad que el cambio a la inversa. Todo ello porque el subconsciente, que es lunar, es muy poderoso en este signo, lo que le da, con frecuencia, algo de subjetividad, de manera que sus nativos lo verán todo según la sensación que les cause, no dependiendo precisamente de enfoques racionales u objetivos.
Cáncer absorbe todo cual esponja, actuando por reflejo o como un espejo en función del trato que reciba, lo mismo que la Luna refleja la luz que recibe del Sol. Aunque suele ser práctico, Cáncer tiene una considerable capacidad para la fantasía y la ensoñación.
En el amor necesita, fundamentalmente, construir un nido, debido a su sentimiento protector y familiar. Cuando está entre personas conocidas o que siente cercanas puede comunicarse o hablar mucho, rompiendo así la timidez que suele mostrar ante desconocidos.
En aquellos Cáncer que tienen una carta astral armónica podemos encontrar las siguientes virtudes: espíritu familiar y de hogar, tenacidad, capacidad de sacrificio, adaptabilidad y discreción.
En cambio, si el conjunto de la carta astral es inarmónico, éstos pueden ser algunos de sus principales defectos: hipersensibilidad, falta de disciplina o de orden, ensoñación, infantilismo e inestabilidad emocional.
Leo: el poder del Yo.
Leo está representado por el león, rey de la selva, y regido por el Sol, astro rey del Sistema Solar. Como signo de Fuego que es, necesita destacar por su propia personalidad.
Este signo suele desarrollar una fuerte personalidad, frecuentemente vinculada a una voluntad de poder y de nobleza. De ahí que necesite la admiración de los demás, sentirse el centro de atención o el elemento clave. Poseedor de unas grandes capacidades de organización, existen, sin embargo, algunos Leo que se refugian en la queja y la protesta cuando las cosas no les van bien. A Leo también le corresponden las emociones con las que expresamos los sentimientos, y por ello tiene unas dotes especiales para el drama o para poner un énfasis especial en sus expresiones. Además, suele tener un portentoso talento para dirigir y para la puesta en escena. Por eso no es extraño que tenga habilidad para rodearse de un buen equipo.
Sin embargo, en numerosas ocasiones, queriendo hacer lo mejor por los demás, arrastra los problemas de quienes le rodean, algo de lo que Leo puede llegar a presumir. Si algunos nativos del signo se muestran orgullosos es debido al sentimiento de grandeza que les acompaña y porque se toman muy en serio a sí mismos y a sus creaciones. De hecho, es uno de los signos que peor soportan la derrota personal.
Pero Leo tiene un espíritu mucho más tolerante y juguetón de lo que se suele creer, aunque sólo con su “camada” o con aquellos que no puedan representar ningún tipo de amenaza a su poder o a su territorio. Cordialidad, magnanimidad y generosidad son algunos de sus rasgos más positivos.
Enamorado del amor, éste se convierte en un ingrediente imprescindible para su vida. Debido a la intensidad de sus emociones, para Leo la vida en general y las relaciones amorosas en particular pueden convertirse en un idóneo escenario en el que manifestarse. Con frecuencia a Leo le gusta impresionar y busca la admiración.
Si Leo posee una carta astral armónica mostrará las principales virtudes del signo: autoconfianza, tranquilidad, voluntad, generosidad y capacidad de organización o de liderazgo.
Pero, si el conjunto de la carta astral no es armonioso, algunos de sus más destacados defectos pueden ser: ego inflado, tendencia a dominar, presunción, arrogancia y falta de organización.
Virgo: el análisis.
A Virgo se le representa con una virgen que tiene una espiga en la mano, simbolizando la pureza, la idea de pulcritud y purificación que corresponde al signo.
Virgo tiene una mentalidad analítico-crítica, por lo que suele ser racional, lógico, detallista y minucioso. Debido a su espíritu perfeccionista, tiene habilidad especial para captar fallos o imperfecciones. Pero no sólo en los demás, sino también en sus obras o en sí mismo, alcanzando un grado autocrítico que, en más de uno de sus nativos llega a darle algunos complejos. Su sentido de la discreción, su tendencia a la cautela y el miedo al fracaso, puede hacerle sentir inadecuado cuando tiene que improvisar o, si de repente, se le pide algo que no ha ensayado. Y es que Virgo necesita su tiempo; aproximarse a las cosas poco a poco, porque, de lo contrario, puede que no se sienta suficientemente preparado. Tiene que hacer las cosas paso a paso, peldaño a peldaño.
Es uno de los signos más trabajadores, porque para él es importante el sentimiento de sentirse útil a la sociedad y saber que se gana el pan de cada día. Por eso las hormigas y las abejas son claras representantes del signo.
A veces, cierto complejo de inferioridad le impulsa, por deseo de sobrecompensación, a un trabajo metódico y detallado, hasta desarrollar altas cualidades. Por eso puede deparar tanto al ratón de biblioteca -Virgo quiere saber el por qué de las cosas-, como al deportista, que basado en el entrenamiento, va ganando confianza en sí mismo y en sus posibilidades. Tarde o temprano, Virgo suele abrazar una dieta especial o mostrar enorme interés por los cuidados corporales, la higiene y las cuestiones alimenticias.
En el terreno amoroso se puede traicionar a sí mismo por su tendencia a pasarlo todo por el filtro de la razón y por su falta de confianza, que tantas veces le impide entregarse. Es relativamente fácil que su corazón y su mente entren en conflicto. Sin embargo, en ocasiones, la habitual pulcritud de este signo puede trucarse en una libido con fuertes necesidades de expresión.
Si Virgo tiene una carta astral armoniosa en su conjunto, veremos las siguientes cualidades: pulcritud, discreción, método, limpieza, sentido del orden, lógica y aplicación a las obligaciones.
Pero si el conjunto de la carta astral y las circunstancias no acompañan, sus principales defectos serán: exceso de crítica y meticulosidad, escepticismo, egoísmo, chismorreo, materialismo y nerviosismo.
Libra: el equilibrio.
Representado por la balanza, Libra tiene un funcionamiento semejante, siempre sopesando pros y contras, a la búsqueda de equilibrio y justicia.
Libra tiene un funcionamiento semejante a la balanza que le representa: siempre sopesando pros y contras, a la búsqueda de equilibrio y justicia. Como signo de Aire que es, necesita el estímulo intelectual, el razonamiento y la conversación.
Su gusto por la estética y la ética le lleva, muchas veces, a buscar una perfección que no encuentra. De ahí arranca la indecisión propia de algunos nativos de este signo. Y es que, como la balanza, Libra sabe que sin el otro, uno no es nada. Tiene tan en cuenta las opiniones de los demás que a veces se queda sin expresar la suya propia, al menos de manera directa, porque a Libra no le gustan para nada los ambientes toscos ni las tensiones. Es amante de la paz y la concordia. Sin embargo, tiene una habilidad especial para nadar y guardar la ropa. Es decir, muchas veces, pide opiniones o las escucha, porque necesita contrastar, pero, luego, obrará como quiera, que para eso es libre como el viento.
En su afición por lo bueno, puede llegar al sibaritismo. Pero en el fondo anhela una elevación moral y espiritual de la sociedad en la que vive. Sociable por naturaleza, e incluso galante, tiende a los buenos modales y puede llegar a tener una inteligencia refinada. También suelen destacar en sus aportaciones al pacifismo o a la convivencia entre los pueblos. En realidad, Libra tiene una sensibilidad artística y estética que puede llegar a canalizar profesionalmente.
Hay dos caracteres Libra bien diferenciados: mientras uno es serio y reservado, la mayoría de los nativos del signo son simpáticos y sociables.
El romanticismo de Libra es bastante perfeccionista, porque no sólo anhela las adecuadas proporciones estéticas, sino también las morales de la otra persona. Si en estos aspectos no hay acoplamiento, la relación de Libra irá marchitando y no tardará en desplegar sus aires de seducción sobre otras personas y objetivos.
Si Libra posee una carta astral con un conjunto armónico, podremos ver las siguientes virtudes: armonía, amabilidad, sociabilidad, justicia, delicadeza y consideración por los demás.
Sin embargo, cuando el conjunto de la carta astral es inarmónico, se pueden encontrar algunos de estos defectos: exceso de locuacidad, influenciable y tendencia a envolver a los demás en su particular tela de araña.
Escorpio: La pasión.
Escorpio es un signo de Agua y está representado por el escorpión. Plutón, dios del subsuelo, de lo subterráneo y lo oculto, es su planeta.
El octavo signo del Zodíaco está representado por el escorpión. Plutón, el planeta regente de Escorpio, es el dios del subsuelo, de lo subterráneo y lo oculto. Escorpio es un signo de Agua, por lo que su verdadero mundo está en los sentimientos, aunque algunos manifiesten enorme voluntad de poder.
Ciertamente, este signo no se conforma con el mundo de las apariencias, y por eso tiende a penetrar o a profundizar en los misterios de la vida y en el lado oculto de la misma. De ahí, también, la necesidad de guardar secretos o reserva sobre determinadas parcelas. Siendo uno de los signos más celosos de su intimidad, sabe echar, cuando le conviene, cortinas de humo a su alrededor para evitar que la gente profundice en su persona. Eso mismo es lo que puede hacerlo desconfiado o tener una especial capacidad para mantener su vida en secreto.
Todo el mundo sabe que Escorpio posee una fuerte sexualidad. Sin embargo, esto no tiene nada que ver con muchos nativos del signo. Escorpio tiene una sexualidad muy completa, y para que funcione bien -como signo de Agua que es- necesita conectar emocionalmente y tener un intenso intercambio afectivo. Esa intensidad en el amor le puede hacer pensar que el otro no siente tanto o que no se entrega tanto. Es capaz de entablar grandes luchas que oscilan entre su naturaleza pasional, por un lado, y sus ansias de poder o de dominio, por otro. De ahí arranca también, en ocasiones, su tendencia crítica o destructiva.
Con Escorpio no es extraño que, de entrada, nos encontremos con una negativa, pero conviene seguir negociando, ya que inconscientemente necesita destruir para partir de cero: eso le ofrece más garantías. Para bien o para mal, Escorpio no suele pasar desapercibido; es más fácil que despierten sentimientos extremados a que resulten indiferentes a la opinión ajena.
Si Escorpio tiene una carta astral armónica, mostrará energía, intrepidez, autodominio, fuerza de voluntad, comprensión rápida y profunda.
En cambio, si el conjunto de la carta astral es inarmónico, éstos serán algunos de sus principales defectos: espíritu de venganza, celos, brutalidad y pasiones atormentadas.
Sagitario: fuente hacia el infinito.
Sagitario está representado por el centauro, un animal mitológico mitad hombre y mitad caballo que simboliza el lado instintivo o animal y el lado intelectual y espiritual respectivamente que encierra el signo.
Sagitario está representado por el centauro, un animal mitológico mitad hombre, mitad caballo, implicando la dualidad del signo. Es un signo de Fuego, por lo que necesita ser admirado, destacar.
La mitad humana, con un arco tensado y una flecha a punto de disparar, simboliza el idealismo, la fe en el futuro, el optimismo y la necesidad de trascender las fronteras en pos de la aventura -física o intelectual-, en un salto cosmopolita a la universalidad. Representa el salto de la inteligencia de tipo concreto a la abstracta (religiones, filosofías, leyes…). Esta parte humana del signo también simboliza su espiritualidad y sus elevadas aspiraciones.
La mitad caballo advierte de la otra parte de Sagitario: el desenfreno, la exageración, el optimismo desbocado o incluso la desconsideración por los demás, incluyendo las típicas meteduras de pata.
Así, no es extraño encontrar en este signo gente de lo más variopinto. Pero Sagitario suele abordar la vida con ilusión, algo que le confiere la categoría de abanderado de las causas que abraza. Por eso también es un signo especialmente dotado para la enseñanza o la divulgación, así como para los medios de comunicación.
Sin embargo, también encontraremos sagitarios que se dejan vencer por sus miedos y se aburguesan, pudiendo ser incluso algo infantiles o inocentes. En ocasiones, este tipo de Sagitario busca la comodidad, la vida fácil o regalada y la ley del mínimo esfuerzo. De cualquier modo, o en cualquiera de sus dos manifestaciones, es uno de los signos con más suerte en su destino.
En el amor, necesita un margen de libertad para ir en pos de sus sueños e ideales. Dentro de la pareja debería tener cierto grado de autonomía o algunas ilusiones conjuntas. Pero compartir viajes, estudios o actividades deportivas será el complemento necesario para que la pareja pueda funcionar.
Si Sagitario tiene una carta astral armónica, mostrará las siguientes virtudes: inteligencia, optimismo, sinceridad, benevolencia, paternalismo, entusiasmo, comprensión amplia, dotes de organización y sentido del humor.
Sin embargo, cuando el conjunto de la carta astral es inarmónico, puede demostrar alguno de estos defectos: exageración, busca deslumbrar, ostentación, superstición, deseos de que todo llegue por golpes de suerte o complejo de superioridad.
Capricornio: La cima.
La cabra montesa, animal que representa al signo, anda por los caminos más empinados y solitarios; pero al final suele alcanzar la solitaria y difícil cima.
La cabra montesa, animal que representa al signo, anda por los caminos más empinados y solitarios; pero al final suele alcanzar la solitaria y difícil cima. Como signo de Tierra, necesita planificar cuidadosamente y es trabajador.
Capricornio sabe que todo tiene que llegar con esfuerzo y dedicación, aunque muchos nativos del signo tienen serios problemas para entender esto en la primera parte de vida. De mentalidad madura, se siente mucho más seguro y mejor en todos los sentidos en la madurez y la vejez. Es entonces cuando suele ser más afortunado y feliz.
Siguiendo su filosofía de vida, toma una determinación y no desfallece; planifica con precisión y toma su tiempo, perseverando con una constancia pétrea. A la larga, es posible que otros, en principio más brillantes, vayan quedándose en el camino, mientras ellos continúan. Saturno, el Cronos de los griegos, el regente del tiempo, es su verdadero aliado. Pero en las altas cumbres siempre se impone la fría soledad, algo que, tarde o temprano, suele invadir a los nativos de este signo. En ocasiones, esta soledad o melancolía que les invade proviene de su desconfianza hacia la vida, de su escepticismo o incluso su rigor.
Igual que el esqueleto sirve para mantenernos en pie, en la vida se necesitan unas estructuras, horarios y organigramas tan sólidos y resistentes como sea posible. Este signo, que en la primera parte de vida suele ser egoísta y materialista, con el paso de los años va dando más valor a las cosas conseguidas por méritos propios. Normalmente acaba siendo un gran profesional, responsable y ambicioso en sus metas. Además, cuando sus necesidades materiales están satisfechas, con frecuencia busca elevarse en una faceta espiritual o artística. Pero una de sus mejores virtudes es que no suele tomar riesgos innecesarios, porque sabe reconocer donde están los limites.
En el terreno amoroso acaba pesando bastante la condición social o profesional de la otra persona. Es fácil que Capricornio forme pareja en el lugar de trabajo o con alguien a quien le unan vínculos profesionales. Cuando ama, suele ser detallista.
Si Capricornio tiene una carta astral armoniosa, mostrará destacadas virtudes: responsabilidad, sentido del deber, perseverancia, constancia, planificación, pragmatismo, sana ambición y profesionalidad.
Sin embargo, cuando el conjunto de la carta astral es inarmónico, éstos pueden ser algunos de los principales defectos: recelo, frialdad, avaricia, envidia, ambición extremada, exceso de rigor y egoísmo.
Acuario: la Sorpresa.
Acuario está representado por un hombre que vierte el contenido de una jarra, siendo el único signo del Zodíaco que tiene un simbolismo totalmente humano.
Acuario está representado por un hombre que vierte el contenido de una jarra, siendo el único signo del Zodiaco que tiene un simbolismo totalmente humano. Como signo de Aire, necesita estimulo intelectual y entendimiento por las palabras o los conceptos.
Acuario es el signo de la amistad y del altruismo. Su grito de guerra podría ser aquel de la Revolución Francesa -acontecida, curiosamente, casi al mismo tiempo en que fue descubierto Urano, el planeta regente de Acuario-: “¡Libertad, igualdad y fraternidad!” Sin embargo, la gran conciencia social que tienen los nativos de este signo no les impide defender su acusado sentido de la individualidad e independencia.
Este signo puede dar genios o niños precoces, pero también pertenecen a él personas de desarrollo tardío. Aunque, en ambos casos, una de sus virtudes es saber tomarse las cosas como vienen, un especial saber estar en la vida. Puede dar personalidades creativas, pero también impredecibles, originales, excéntricos o raros, por lo que sus vidas pueden experimentar giros bruscos.
Pero Acuario puede tener personalidades extremas o mostrar uno de los dos subarquetipos más destacados del signo: a) el uraniano, cautivador, experimentador, futurista, vanguardista o polémico e incluso provocador. b) el concentrado y serio. Sin embargo, algunos Acuario, tras vivir una etapa revolucionaria se vuelven conservadores o rígidos.
En el amor, es fácil que Acuario tenga algo de sorprendente o cautivador, pero conviene tener en cuenta que es un signo al que le impulsa el deseo de conocer o de experimentar, de modo que si alguien deja de motivarle puede enfriarse, por más entusiasmo que haya podido mostrar en un principio. No soporta la monotonía, y, si su vida está limitada, puede agriarse su carácter. Necesita compartir objetivos con su pareja, crecer alegremente; de lo contrario, buscará su incondicional sentido de la libertad.
Si Acuario tiene una carta astral armónica en su conjunto mostrará las siguientes virtudes: equilibrio, bondad, originalidad, sinceridad, inteligencia y altruismo.
En cambio, si el conjunto de la carta astral es inarmónico, algunos de sus más destacados defectos pueden ser los siguientes: cascarrabias, retraimiento, desconfianza, poco digno de confianza y necesidad de impactar.
Piscis: La globalidad.
Este signo se representa con dos peces atados por la cola que nadan en sentidos opuestos, señalando así que es uno de los signos de doble personalidad.
Se representa por dos peces atados por la cola y nadando en sentidos opuestos, lo que viene a indicar no sólo que Piscis es un signo de doble personalidad, sino que puede tener dos personalidades casi diametralmente opuestas. Es un signo de Agua, por lo que el mundo de los sentimientos es importante.
El primero es de amplios horizontes mentales, comprensivo, cosmopolita, hospitalario, con una chispa humanitaria, espiritual o esotérica. Puede dar, incluso, individuos visionarios en algún sentido y con una mística especial para las causas comunitarias.
El segundo, en cambio, busca una especie de paraíso que le permita alcanzar el nirvana; algo que pretende por el endiosamiento personal en algunos casos; por la autoindulgencia o compasión consigo mismo, en otros. Puede llegar a ser autodestructivo. De hecho, uno de los mayores riesgos de los nativos de este signo es el caos.
Piscis es un pacifista convencido. Sin embargo, eso no le impide ser polemista nato o acabar viéndose envuelto en la polémica y el debate, terrenos donde suele moverse como pez en el agua. Debido a su gusto por la imagen y tendencia a las relaciones platónicas, suele gustarle la televisión, el cine o la fotografía. En el fondo, tiene un espíritu artístico latente, que, en ocasiones, aprovecha para mostrar los aspectos lacerantes y oscuros de la sociedad, a los que es especialmente sensible. También la hostelería y la espiritualidad pueden ser hobbies o incluso profesiones que le reporten especiales satisfacciones y éxitos personales.
Su amor es de tipo romántico y sentimental. Además, sabe poner la imaginación y fantasía a su servicio. Sin embargo, en ocasiones, esa tendencia la enfoca hacia relaciones platónicas o ideales que nunca llega a consumar.
Si Piscis es poseedor de una carta astral armónica, éstos son algunos de sus principales valores: hospitalidad, compasión, comprensión amplia y ágil, amplitud en sus puntos de vista, pacifismo y alegría de vivir.
Sin embargo, si el conjunto de la carta astral es inarmónico, algunos de sus más notorios defectos pueden ser éstos: autodestrucción, caos, pereza, indolencia, morbosidad por los secretos, poco de fiar y endiosamiento.
El mundo a través de los ojos de las Estrellas.
(Parte IV)
Las casas Astrológicas.
Los signos tienden a indicar qué tipo de cosas nos ocurren, mientras que las casas representan el mapa del lugar de los acontecimientos, esto es, en qué ámbito de la vida nos ocurren.
La Carta Astral contiene doce casas, división del espacio según la hora y las coordenadas para las que se calcule el horóscopo. La diferencia básica entre los doce signos del Zodíaco y las doce casas es que mientras los signos representan determinantes cósmicas, las casas señalan circunstancias más próximas a nosotros o más geográficas. Por ejemplo, los signos tienden a indicar qué tipo de cosas nos ocurren, mientras que las casas representan el mapa del lugar de los acontecimientos, esto es, en qué ámbito de la vida nos ocurren.
Entre signos y casas cabe distinguir que éstas representan un destino más individual o particular que aquellos. De modo que tienen interés no sólo para nuestro carácter y destino, sino que representan un camino muy personal.
Las casas se numeran en sentido contrario al del movimiento de las agujas del reloj y empiezan en el Ascendente, que marca el inicio de la primera casa. Además del Ascendente, los otros tres puntos más destacados de las casas son el Mediocielo, el Descendente y el Fondocielo. La línea formada por Ascendente-Descendente divide al horóscopo en dos mitades: Norte y Sur, que corresponden a la parte diurna y nocturna respectivamente, del cielo de nacimiento. La línea Mediocielo-Fondocielo lo divide en otras dos: Este y Oeste, que corresponden al amanecer y al anochecer, respectivamente, como momentos centrales de esos hemisferios.
Debido al movimiento de rotación de la Tierra, es como si cada día el anillo zodiacal, es decir, todos los signos del Zodíaco, diera una vuelta completa a nuestro planeta, lo que hace que cada dos horas aproximadamente haya un signo del Zodíaco que se levanta por el horizonte, igual que el Sol se levanta cada mañana. El Ascendente es el grado y signo del Zodíaco que se levanta por el horizonte Este en un momento dado (el del nacimiento si se trata de una Carta Astral Natal).
Una de las principales clasificaciones de las Casas es la siguiente:
-Angulares (I, IV, VII y X): Casas que indican cada uno de los cuadrantes. Se les suele dar más importancia que a las demás porque constituyen los ángulos de la Carta Astral, y vienen marcadas por el Ascendente, el Fondocielo, el Descendente y el Mediocielo, respectivamente. Por relación de analogía, corresponden a los cuatro cambios de estación del año, por lo que representan sectores básicos de la vida. Son casas generadoras de energía.
-Sucedentes (II, V, VIII; XI): Casas de desarrollo o de afianzamiento de las energías. Las condiciones que generan las Casas Angulares necesitan ahora ser consolidadas o destruidas, provocándonos la aceptación o el rechazo. Por analogía, estas casas corresponden a los meses siguientes al cambio de estación del año.
-Cadentes (III, VI, IX, XII): Casas a través de las que se hacen las adaptaciones y los reajustes de las energías, especialmente en sentido físico e intelectual. Corresponden, por analogía, a los últimos meses de cada estación anual, cuando la Naturaleza se prepara para dar el cambio.
Casa I: El ascendente y el Yo.
El Ascendente marca el modo que tenemos de enfocar la vida y de canalizar nuestras energías, representando nuestras disposiciones físicas y mentales.
El Ascendente es el punto más importante de las casas, y, hablando en rigor, del horóscopo, aunque esta palabra ha sido mal divulgada, ya que la gente cree que horóscopo es su signo del Zodíaco. La palabra horóscopo viene del griego y significa “miro la hora”. Efectivamente el Ascendente va en función de la hora de nacimiento, así como de la fecha y el lugar. Actualmente, por extensión, también se llama horóscopo a la Carta Astral.
El Ascendente marca el modo que tenemos de enfocar la vida y de canalizar nuestras energías, representando nuestras disposiciones físicas y mentales. También podríamos añadir que es el color del cristal con el que miramos el mundo. Desde el momento en que vemos el mundo a través de un determinado objetivo, actuamos a través de él e interpretamos el mundo en función del mismo.
El Ascendente describe nuestra forma innata de actuar, pero no solo desde el nacimiento, sino también cada vez que nos enfrentamos a una situación nueva. Mientras el signo solar indica hacia donde vamos o en qué nos convertimos con el paso de la experiencia, el Ascendente señala el camino personal o la senda que nos lleva a ser lo que somos. De algún modo, el signo solar también señala nuestra finalidad o el porqué estamos aquí, mientras que el Ascendente indica cómo llegar.
El Ascendente es el inicio de la casa uno, y los planetas allí ubicados suelen determinar los primeros años de vida del individuo. La casa uno también suele señalar el impacto de nuestro nacimiento en la gente del entorno o cómo es vista nuestra llegada al mundo por ellos.
El Ascendente y la casa uno influyen extraordinariamente en el físico de la persona. Aunque, en este sentido, también hay otras posiciones planetarias importantes, como puede ser cualquier planeta junto al Sol o la luna.
Cualquier planeta cercano al Ascendente será vital para nuestra existencia y se le considerará regente natal o planeta dominante. Y tendrá una gran influencia sobre el carácter y el destino.
La vida de una persona comienza en el Ascendente, equivalente al nacimiento, a partir del cual hacemos una especie de peregrinaje particular que dura toda la vida, siendo necesario que, a lo largo de la misma, pasemos por todas y cada una de las etapas, con mayor o menor fortuna en función de las posiciones planetarias y zodiacales que en ellas nos aguarden.
La vida de toda persona comienza simbólicamente en el Ascendente, equivalente al nacimiento, a partir del cual hacemos una especie de peregrinaje particular que dura toda la vida.
Casa II: El dinero.
La segunda casa se ha asociado tradicionalmente al dinero, las posesiones, las riquezas o lo que somos capaces de ganar, aunque también de gastar, por nosotros mismos.
La casa uno representa nuestro nacimiento y la forma de ver el mundo. Ahora, en la dos, necesitamos nutrir el cuerpo para mantenernos en vida, por eso representa la etapa de amamantamiento y la alimentación. Quizás, por extensión de lo que es necesario para el sostén de la vida, la segunda casa se ha asociado tradicionalmente al dinero, las posesiones, las riquezas o lo que somos capaces de ganar, aunque también de gastar, por nosotros mismos.
A medida que vamos creciendo y reconociendo nuestro cuerpo, adquirimos la noción de pertenencia y posesión -nuestras manos, nuestra boca, etc.; ya no las de mamá-. Pero esta sensación de individuos aislados impulsa a la necesidad de establecerse y perdurar. Por eso la casa dos marca la necesidad de seguridad material. Los planetas o el signo ubicados en esta casa indican lo que nos aporta esa sensación de seguridad y, por tanto, aquello que deseamos poseer.
Sin embargo, la casa dos no engloba únicamente los aspectos materiales de la vida: tras el sentimiento de diferenciación de nuestro cuerpo, deben venir otros, como nuestras habilidades naturales, nuestros talentos o, en definitiva, los recursos que tenemos para abrirnos paso en la vida y establecernos en ella. Es probable que algunas de estas cualidades se desarrollen precisamente por la necesidad de ganar dinero. En cierto modo, esta casa también guarda relación con nuestra escala de valores, porque procuramos tener aquello que es más importante o que tiene más valor para nosotros.
La casa dos representa nuestras actitudes hacia todos los asuntos que acabamos de ver: ¿cuál es nuestra actitud hacia el dinero? ¿cómo empleamos nuestros recursos? ¿qué potenciales tenemos o cuáles son aquellos que podemos desarrollar? ¿es el dinero lo más valioso para nosotros o valoramos más otras cosas? Por ejemplo, una persona con Urano en la segunda casa puede tener actitudes excéntricas o sorprendentes respecto al dinero, mientras que alguien con Venus en esta posición contará con la simpatía o los buenos modales como uno de sus recursos.
Pero, como el conjunto de la carta astral, la casa dos no es estática. Es cierto que la carta astral de nacimiento condicionará estos aspectos. Pero, a lo largo de la vida, los planetas que transiten por allí pueden marcar cambios en nuestra escala de valores.
Casa III: Los conocimientos.
La casa tres representa la mentalidad de tipo concreto. Indica la lógica, el pensamiento racional y la mente que recopila y analiza datos. Se relaciona con el hemisferio izquierdo del cerebro.
La casa tres representa la mentalidad de tipo concreto, frente a la mentalidad de tipo abstracto, representada por su casa opuesta, la novena. En la tercera casa se hallan, pues, la lógica, el pensamiento racional y la mente que recopila y analiza datos. Se relaciona con el hemisferio izquierdo del cerebro. Los planetas situados en esta casa hablan de nuestro tipo de mentalidad: directa, caótica, brillante, incisiva, original… dependerá bastante de cómo esté la tercera casa.
Nuestras experiencias en la escuela y los estudios primarios tienen mucha relación con esta casa tres. Es una etapa propicia para comparar lo que nos enseñan nuestros padres con lo que nos enseñan los profesores.
Esta casa también habla de las relaciones con nuestros hermanos y vecinos, así como de los viajes de tipo corto, frente a los largos viajes, representados en la novena casa, la opuesta.
La casa tres se relaciona con la etapa de la vida en la que aprendemos a caminar y comenzamos a movernos con independencia. Tenemos ganas de conocer el mundo y de ponerle nombre a las cosas. Se desarrolla el leguaje y la capacidad de comunicación. La mente empieza a diferenciarse del cuerpo y entramos en el mundo de los conceptos, del valor de las palabras, de lo que se puede y no se puede decir. Nuestras secuencias de ideas, imágenes y acontecimientos son capaces de ir más allá de lo inmediato.
La configuración de la casa tres indica nuestra actitud hacia el conocimiento o nuestras motivaciones hacia el mismo. Por ejemplo, una persona con Aries o Marte en esta casa puede tener una mentalidad rápida y cierta necesidad de ser el mejor o el que más sabe de una determinada materia. En cambio, una persona con Saturno o Capricornio en esta casa actuará con cautela en sus análisis, será reflexivo, lento pero seguro, actuando con menos impaciencia o con la cabeza más fría que aquel.
Esta casa también indica la lectura que hacemos del mundo o lo que tendemos a ver en nuestro entorno. De algún modo, es la realidad que observamos o el análisis que hacemos de todo cuanto captamos. La casa tres funciona como una antena con la que registramos y analizamos todas las señales que llegan hasta nosotros.
Casa IV: La familia.
La casa cuatro representa el hogar y la familia. Señala nuestros orígenes, el punto de partida o las condiciones iniciales de la vida. El alma, la intimidad y el yo interior también tienen mucho que ver con esta casa.
La casa cuatro es una de las cuatro casas angulares, que son como puntos cardinales de la carta astral y representan los aspectos más importantes de la vida. Ya vimos la importancia de la casa uno, la primera de las angulares, como significadora del “yo”, de las disposiciones físicas y mentales. La cuatro, en cambio, representa la familia, el hogar y la patria. Señala nuestros orígenes, el punto de partida o las condiciones iniciales en la vida.
Los planetas y signos allí ubicados indican cómo percibimos la familia y qué huella o herencia genética nos ha dejado. Una persona con Júpiter en esta casa percibirá posibilidad de crecimiento y expansión en el hogar. Incluso puede llegar a sentirse el patriarca de la familia. En cambio, con Urano en esta casa se puede llegar a sentir como un bicho raro o identificarse muy poco con los suyos.
Tradicionalmente esta casa representa a la madre y nuestra relación con ella, mientras la casa diez, la opuesta, representa al padre y nuestra relación con él. Sin embargo, en los últimos años varias obras de astrología psicológica apuntan a lo contrario, es decir, la casa cuatro puede representar la imagen del padre. En realidad, en la práctica de la interpretación astrológica se comprueba que las figuras del padre y la madre pueden alternarse y verse en cualquiera de estas dos casas. Lo mismo ocurre con el Sol y la Luna: tradicionalmente el padre se asocia al Sol y la madre a la Luna. En cambio, en muchos casos es al revés. Depende del papel que juegan el padre y la madre en la educación del individuo.
El alma, la intimidad y el yo interior también tienen mucho que ver con esta casa. Cuando nos apartamos del ruido exterior o de las influencias externas para recogernos y replegarnos en nosotros mismos nos encontramos con lo que marca la casa cuatro. Si sabemos escucharnos a nosotros mismos y sabemos prestar atención a nuestro propio yo, en lugar de someterlo al griterío del mundanal ruido, será ésta la casa que ponga el punto final o la guinda de nuestras percepciones y experiencias.
Esta casa se relaciona, además, con el final de la vida y con la segunda mitad de la existencia. Los planetas y signos ubicados en esta casa también revelan el modo en que ponemos punto final a nuestras historias. Es la casa que señala la forma de dar carpetazo o cerrar las cosas y las relaciones que se acaban. Por ejemplo, habla mucho de la forma de marcharnos de la familia o de independizarnos.
Casa V: Hijos.
La casa cinco se asocia tradicionalmente a los hijos y la descendencia. Pero, en un sentido más amplio, representa nuestras creaciones en cualquier sentido.
La casa cinco se asocia tradicionalmente a los hijos y la descendencia. Pero, en un sentido más amplio, representa nuestras creaciones en cualquier sentido. En el fondo esta casa es, por analogía, la segunda de fuego, después de la casa uno; por eso simboliza las manifestaciones de nosotros mismos destinadas a la autoexpresión y la afirmación personal. Es como una prolongación o una necesidad de supervivencia del “yo mismo”.
Si en la casa uno simbólicamente nacemos y somos entes aparte de nuestra madre, en la casa cinco damos un paso más: ya no basta con ser, sino que necesitamos ser alguien especial. Necesitamos amar y ser amados, cautivar a los demás. Se hace necesario brillar para distinguirse de los demás. Esta casa representa la seducción y el juego sexual, en doble sentido: como objeto de placer, estímulo y goce, así como un paso previo hacia la procreación.
Los planetas y signos ubicados en la casa cinco también sugieren nuestras cualidades creativas. Por ejemplo, con Urano en esta casa la creatividad estará marcada por inspiraciones y discurrirá de forma discontinua o azarosa. En cambio, con Saturno en esta casa todas nuestras creaciones tenderán a llegar tarde y a ser producto del esfuerzo personal, la concentración y el sacrificio.
Esta casa también representa el deporte y las actividades recreativas o de tipo lúdico, como los hobbies. Cualquier actividad que nos haga disfrutar y pasarlo bien. También todo lo relacionado con el juego y la especulación. Con esta gana buscamos ganar algo más; invertir dinero, esfuerzo o cualidades personales para obtener recompensas y para amarnos más a nosotros mismos o para sentirnos más satisfechos de lo que somos. Marca el sentido de iniciativa o de conquista personal, la capacidad de asumir retos o desafíos que nos permita afianzarnos y autofirmarnos.
Por eso esta casa tiene mucho que ver con la competitividad, en todos los sentidos, y el talento empresarial. En definitiva, los planetas y signos ubicados en esta casa representan cuál es nuestra capacidad de entregarnos a emociones que nos hagan sentir vivos, que nos hagan vibrar y renovar las ganas de vivir.
Casas VI: Salud y trabajo.
Tradicionalmente, a la casa seis se la ha relacionado con el trabajo y la salud. Pero también representa todo cuanto tiene que ver con el ejercicio cotidiano de la vida.
La casa seis es la que cierra la primera mitad del círculo de las doce casas, las cuales tienen una relación directa con nuestra individualidad, con el “yo” y sus expresiones. En cambio, como veremos en sucesivas lecciones, las otras doce casas tienen más relación con nuestras relaciones personales y con nuestro lado social.
Tradicionalmente a la casa seis se la ha relacionado con el trabajo y la salud. Pero, yendo un poco más allá, es la casa que alberga todo cuanto tiene que ver con el ejercicio cotidiano de la vida, es decir, con el día a día: levantarse, ducharse, trabajar, atender las obligaciones, tener la casa en orden, cuidar de nuestra salud, alimentarnos, dormir, etc. En cierto modo, representa los hábitos y las costumbres, y alguien dijo que los humanos somos animales de costumbres. De ahí la importancia de esta casa.
En esta casa actuamos de modo analítico, racional y lógico, como hacemos también con la casa tres. Con la particularidad de que esta casa ejerce una visión crítica de nuestros actos, sobre todo de nuestras creaciones o procesos de autoafirmación. En esta casa se encuentran o acumulan los errores cometidos cuando actuamos, y por eso podemos aprender mucho si la tenemos en cuenta.
Podríamos decir que se trata de una casa un tanto pudorosa o recatada; allí nos damos cuenta cuando hemos cometido un exceso o cuando hemos sobreactuado en algún sentido. Los planetas situados en esta casa hablan mucho acerca de nuestros procesos de ensayo-error-aprendizaje: ¿qué capacidad tenemos para aprender de nuestros errores? ¿cómo organizamos nuestro tiempo y las actividades cotidianas para una vida en equilibrio? ¿hasta qué punto somos capaces de coordinar nuestro tiempo de trabajo y las obligaciones con el tiempo libre?
Así pues, nos encontramos con una casa que tiene mucho que ver con el cuerpo y la mente; aquí sería válido el lema de “mente sana en cuerpo sano”. Sabido es que los desequilibrios en la alimentación, el sueño o la falta de atención al cuerpo pueden provocar malestar y enfermedades, y hacernos sentir mal psicológicamente. Y viceversa, cada vez se tiene más en consideración el poderoso efecto de la psique y la forma de pensar sobre la salud y el funcionamiento de nuestro organismo.
También es una casa que habla de nuestra capacidad de servir a los demás y de cómo nos gusta que nos sirvan. Las personas bajo nuestro mando o a nuestro servicio -sea de forma cotidiana, como en la casa y el trabajo, o de forma puntual, como un mecánico- se pueden ver en esta casa. Además, es la casa que guarda relación con los animales domésticos.
Casa VII. La Pareja.
La casa VII señala toda unión o relación estrecha para fines comunes, por lo que tiene que ver con la pareja, los socios, los contratos y los compromisos sociales.
Desde la casa siete a la doce podemos hablar más fácilmente de sus casas opuestas, porque ya conocemos las seis primeras, con las que forman una polaridad que nos ayuda a entender su significado. La casa siete es la opuesta a la casa uno. Si la casa uno y el Ascendente representan “el yo”, la casa siete representa “el otro”. Entre la casa uno y la siete debemos procurar un equilibrio: crecer en pareja y en las relaciones sociales es importante, pero no hasta el extremo de perder la propia individualidad; tampoco conviene aislarnos en nosotros mismos y vivir únicamente para uno mismo.
Tradicionalmente se asocia la casa siete a la pareja o al matrimonio, independientemente de que el vínculo esté legalizado o no. Más ampliamente, la casa señala toda unión o relación estrecha para fines comunes, por lo que también tiene que ver con los socios, los contratos y los compromisos sociales.
La casa siete actúa como un espejo, es decir, como algo en lo que nos podemos ver reflejados, ya sea para lo bueno o para lo malo; tanto en circunstancias felices como en circunstancias desgraciadas (como suele decirse cuando dos personas se casan). Por eso representa las personas que tenemos enfrente y nos complementan pero que también nos pueden exigir; las personas que nos fuerzan a mirarnos más profundamente.
Pero esta casa también representa las personas que nos amenazan de algún modo, es decir, los enemigos declarados.
Los signos y planetas ubicados en la séptima casa indican el tipo de pareja o las personas por las que podemos sentir una atracción especial. Por ejemplo, si alguien tiene el Sol en la séptima casa necesitará o sentirá atracción, como pareja, por una persona consciente, realizada, extravertida y segura de sí, pero alguien que tenga la Luna en la casa siete es probable que sienta atracción por una persona infantil, familiar, quizá retraída o inmadura y con un toque de fantasía. Además, los planetas y signos en esta casa suelen expresar las circunstancias de las relaciones.
Con frecuencia, la casa siete marca lo que en psicología se conoce como mecanismos de proyección. Es decir, puede representar cualidades o defectos que nos pertenecen a nosotros pero que, al no asumirlos conscientemente, los buscamos en los demás o a través de las experiencias en nuestras relaciones personales. Por ejemplo, si alguien tiene a Saturno en esta casa es probable que tenga dificultad en asumir el arquetipo que representa este planeta y, por eso, que busque una pareja saturnina, que puede castrar, inhibir o ser altamente exigente.
Casa VIII. El más Allá.
La casa ocho representa las crisis profundas de nuestras vidas y cómo reaccionamos ante ellas o qué capacidad de regeneración tenemos ante las mismas.
Tradicionalmente la casa ocho se relaciona con la muerte, pero no únicamente con la muerte en un sentido físico, sino también simbólico. Es decir, la casa ocho representa las crisis profundas de nuestras vidas y cómo reaccionamos ante ellas o qué capacidad de regeneración tenemos ante las mismas. Por ejemplo, cómo nos adaptamos o afrontamos los distintos periodos de la vida: infancia, adolescencia, juventud, madurez, vejez y muerte.
Sin embargo, no hay que tener ningún miedo por tener muchos planetas en la casa ocho, lo cual puede señalar a una persona profundamente interesada en el más allá o alguien comprometido con las terapias, físicas o psicológicas. Por ejemplo, un médico, un psicólogo, un astrólogo, etc. pueden tener una destacada casa ocho. Generalmente, una casa ocho poblada de planetas también señala que la persona atravesará varios cambios de escenario y de situación en su vida, que deberá pasar por grandes transiciones de una etapa a otra.
Otras veces, una casa ocho con importantes planetas como el Sol o la Luna señala la carencia de la figura paterna o materna en años clave para la educación del individuo. En cierto modo, este casa implica renuncia. Pero, mientras para unas personas la renuncia puede dar un sentimiento de pérdida, para otras, puede suponer una liberación y una posibilidad de empezar de cero. Por ejemplo, las herencias están relacionadas con esta casa y, con frecuencia, los planetas ubicados allí advierten de las dificultades en todo cuanto esté relacionado con herencias o testamentos.
Pero esta casa es la opuesta a la dos (la de la economía y los recursos personales), por lo que también representa los recursos ajenos. Por ejemplo, esta casa habla de los recursos de la pareja y de cómo compartimos lo nuestro con lo suyo. Los planetas en la casa ocho también hablan de los préstamos y, en definitiva, todo dinero, bien o recurso que nos llega sin haberlo ganado personalmente.
Los planetas situados en esta casa dan habilidad para penetrar en lo más profundo y no quedarse en las apariencias de las cosas. También confieren cualidades para la transformación personal o para ayudar a la transformación y evolución de las personas con las que se entre en contacto. Bien empleados, los planetas situados en esta casa sirven para tener una visión más profunda de todo.
La sexualidad y todo cuanto a ella concierne también está representada por esta casa, que es una de las más enigmáticas y misteriosas de las doce casas que hay en un horóscopo. En el fondo, los planetas en esta casa nos hablan de cómo compartimos con los demás o cómo llegamos a combinar nuestras energías con las suyas.
Casa IX. Los Viajes.
La casa nueve representa la mentalidad abstracta y los estudios superiores, frente a la casa opuesta, la tres, que indica la mentalidad de tipo concreto y los años escolares.
La casa nueve representa la mentalidad abstracta y los estudios superiores, frente a la casa opuesta, la tres, que indica la mentalidad de tipo concreto y los años escolares. Si con la casa tres utilizamos la razón y el análisis, con la nueve ponemos en marcha la asociación de ideas como un sistema.
Así, los planetas y signos ubicados en esta casa hablan acerca de la religión o las creencias personales y la filosofía de vida que cada uno tiene. Pero también aquello en lo que depositamos la fe. Todos necesitamos creer en algo, tener un sistema de creencias sobre el que orientar nuestros pasos, y esta casa es muy importante al respecto.
Esta casa tiene mucho que ver con la espiritualidad, con la necesidad de elevación hacia un conocimiento o un desarrollo superior. Invita a tener una visión más amplia y docta del mundo, a ampliar nuestros horizontes. Los planetas allí ubicados pueden representar encuentros con maestros o circunstancias que cambien nuestro estilo de vida, nuestras creencias y nuestra escala de valores. Hay que tener en cuenta que, de algún modo, la casa nueve dice lo que para nosotros es verdad. Es decir, los planetas y signos en esta casa señalan nuestra forma de buscar la verdad. Además, con esta casa ya no basta con analizar o interpretar el mundo, sino que debemos encontrar un significado o un sentido, en primer lugar a nosotros y, si es posible, también a la sociedad en su conjunto.
También representa los estudios universitarios o aquellos que se realizan en una edad madura, cuando uno aspira a superarse a si mismo, también se hallan en esta casa.
Frente a la casa tres, que representa los viajes cortos, la casa nueve se relaciona con los largos viajes, el extranjero y las culturas lejanas. Se trata de trascender lo que tenemos cerca, de establecer puentes con otros mundos. La casa nueve representa muy claramente la sensación que se tiene después de un largo viaje o al volver de un lugar lejano. En cierto modo, es como haber roto el cascarón o dejar atrás la rutina y la estrechez que nos envuelven. Nos hemos recargado las pilas y traemos nuevos puntos de vistas o nuevas experiencias que alimentan nuestro espíritu para una temporada.
Los planetas ubicados en la casa nueve pueden representar encuentros con maestros o circunstancias que cambien nuestro estilo de vida, nuestras creencias y nuestra escala de valores.
Casa X. La Profesión.
La casa diez representa el modo y las circunstancias con las que nos desenvolvemos y nos encontramos en la profesión y en el medio social. También habla de la imagen que queremos dar.
La casa diez es, junto a la casa uno, la más importante del horóscopo. Si el principio de la casa uno es el Ascendente, el de la casa diez es el Mediocielo. Si la casa uno señala nuestras disposiciones físicas y mentales como individuos, la casa diez señala nuestras posibilidades sociales y profesionales. En cierto modo, la casa diez indica el lugar al que podemos llegar y que posibilidades tenemos de colmar nuestras aspiraciones.
En una carta astral, los planetas y signos ubicados en esta casa señalan el modo y las circunstancias con las que nos desenvolvemos y nos encontramos en la profesión y en el medio social. Se trata de las aspiraciones y del grado de reconocimiento que podemos llegar a obtener por nuestra profesión. Por ejemplo, una persona que haya nacido con Marte en esta casa tendrá prisa por conseguir sus objetivos profesionales y necesitará trabajar por cuenta propia o ser el jefe allí donde esté. Perseguirá sus objetivos de un modo directo y sin ambages. En cambio, alguien que haya nacido con Venus en la casa diez preferirá utilizar la diplomacia, los buenos modales y tratará de caer bien a los demás para abrirse camino. Es probable que trabaje en actividades artísticas.
A diferencia de la casa seis, que representa el trabajo cotidiano, las obligaciones del día a día o un trabajo remunerado que no colma nuestras aspiraciones, la casa diez habla de la profesión en un sentido más vocacional. La casa seis implica servicio, mientras que la diez apunta hacia cierto grado de autonomía o incluso de autoridad. La casa seis representa la discreción, mientras la diez habla de la notoriedad o incluso la fama.
También se relaciona con el padre. Pero, como sucede con la casa cuatro, su opuesta, puede representar tanto al padre como a la madre. En cualquier caso, tiene relación con la imagen que tenemos de nuestros padres. Además, los planetas y signos situados en esta casa tienen mucho que decir acerca de la influencia que nuestros padres han jugado en nuestro destino profesional.
Por otra parte, es la casa que permite interpretar nuestra actitud ante las figuras o personas que ostentan algún grado de autoridad. Así pues, nuestras relaciones con padres, jefes o superiores en el trabajo, instructores, tutores y cualquier figura de autoridad pública debe interpretarse en función de esta casa.
Casa XI. Los Amigos.
Tradicionalmente la casa once se relaciona con los amigos. Pero va más allá: señala la conciencia social y la necesidad de pertenecer a un grupo, un equipo, un club o, en definitiva, algo mayor que uno.
Tradicionalmente la casa once se relaciona con los amigos. Pero es mucho más que eso. Esta casa representa el impulso a ser algo más que un simple individuo, invita a trascender las fronteras del ego y a la cooperación o el entendimiento con los demás. Es la casa que señala la conciencia social y la necesidad de pertenecer a un grupo, un equipo, un club o, en definitiva, algo mayor que uno. Indica la capacidad que tenemos de hacer concesiones respecto a nuestros intereses personales en beneficio del grupo o con una finalidad social, humanitaria o fraternal.
Con la casa cinco, la opuesta, intentamos autoafirmarnos y hacer prevalecer nuestra personalidad. En cambio, con la once, debemos aprender a ceder, hacer concesiones, negociar o participar, dejando a un lado nuestro ego para empezar a pensar como un conjunto o incluso como especie. La casa cinco es mucho más física y representa cosas como la competición deportiva. La casa once en mucho más mental y representa el trabajo en equipo para lograr una meta común.
Los planetas y signos ubicados en esta casa indican cómo actuamos de cara a los amigos, con qué gente nos relacionamos y qué esperamos de ellos. Por ejemplo, alguien que haya nacido con Urano en esta casa podrá cambiar constantemente el panorama de las amistades, o se relacionará con un amplio abanico de personas de toda edad, sexo, profesión y condición social; buscará relacionarse con personas que le estimulen y le ayuden a encontrar nuevos horizontes. En cambio, si en la casa once está Saturno es probable que el individuo sea más clasista o tenga un concepto de la amistad más acotado que el anterior; buscará amigos que refuercen su sentimiento de seguridad. Pertenecer a un grupo será, para él, una especie de seguro.
Esta casa también se relaciona con los proyectos y con los ideales de una sociedad mejor y más justa. Representa una visión global de la sociedad, en la que todo está relacionado entre sí. Las cosas y las personas sacadas de contexto no dicen nada. La casa once habla de nuestra capacidad de asociación y de alcanzar un mayor grado de conciencia. Se relaciona con la psicología transpersonal y con el campo morfogenético, esa organización invisible que permite interactuar a miembros de la misma especie aunque estén situados a miles de kilómetros de distancia. Es lo que sucede, por ejemplo, cuando una persona tiene una idea y otra, situada en un lugar muy lejano, la capta.
En esta casa también se puede interpretar cómo cosechamos y atesoramos los resultados de nuestros esfuerzos sociales y profesionales. El talento para sacar más o menos partido a nuestra situación en el mundo tiene mucho que ver con los planetas y signos que se hallen en esta casa.
Casa XII. El pasado.
La casa doce siempre ha sido una de las más temidas, porque representa las grandes pruebas de la vida. Es conocida como el hospital del Zodíaco o la casa del Karma, aunque modernamente adquiere otras lecturas.
La casa doce siempre ha sido una de las más temidas, porque representa las grandes pruebas de la vida. Enfermedades crónicas, prisión o privación de libertad de cualquier forma, aislamiento, enemigos ocultos, ataques de bestias o animales salvajes y un sinfín de problemas importantes están relacionados con esta casa, habitualmente conocida como el hospital del Zodíaco o la casa del Karma.
Modernamente, sin embargo, adquiere otras lecturas, especialmente según la visión de la astrología humanística o psicológica. Puesto que la casa doce representa algunos de los grandes males, también señala la capacidad de sufrimiento y de sacrificio. De forma que una persona con varios planetas en esta casa o con astros importantes en ella puede ser alguien con una gran fuerza moral y una extraordinaria capacidad para superar cualquier obstáculo en su vida. Además, es probable que sea una persona capaz de entregar sus esfuerzos para paliar el sufrimiento de los demás. Por eso hay personas verdaderamente admirables con planetas en esta casa.
Pero ésta es una de las mejores maneras de expresión de la casa doce, ya que muchas otras personas con planetas en esta casa se inclinan por el otro lado de la misma: la desorientación o la falta de unos objetivos claros en la vida. Con frecuencia, esta casa empuja a sufrir algún tipo de aislamiento. En los peores casos, una persona con la casa doce poblada de planetas puede encaminarse hacia la autodestrucción o a querer engrandecer su identidad de formas poco recomendables. Aquí podemos encontrar a quienes constantemente buscan excusas para sus fracasos o a quienes buscan promover la compasión de los demás.
En cierto modo, la casa doce, por ser el final del ciclo, es donde se acumulan todas las experiencias del pasado. Es la zona residual a la que va a parar todo. Por eso, tiene una extraordinaria carga kármica. Hay quienes piensan que los planetas y signos ubicados en esta casa hablan de nuestras reencarnaciones anteriores o de nuestras vidas pasadas. De modo que aquí es donde sentiremos las consecuencias de nuestros actos.
Esta casa también se relaciona con el subconsciente y todos los procesos oníricos. Por tanto, ejerce un peso importante en nuestra vida, pero es necesario un esfuerzo de autoconocimiento o de concienciación si no queremos perdernos lo más interesante de sus significados o si no queremos ser traicionados por nuestro propio subconsciente.
Si un planeta situado en la casa doce está muy cerca del Ascendente puede convertirse en una de las claves de la personalidad del nativo y también de su destino.
El Mundo a través de las Estrellas. ( V parte )
Aspectos generales de la Carta Astral.
Los aspectos interplanetarios son las distancias que separan a los planetas entre sí, según los vemos desde la Tierra, o los ángulos que forman entre ellos en el cielo. Son fundamentales para la interpretación astrológica.
Los aspectos interplanetarios son las distancias que separan a los planetas entre sí, según los vemos desde la Tierra, o los ángulos que forman entre ellos en el cielo. Los aspectos son fundamentales para la interpretación astrológica. De algún modo, describen el grado de amistad o conflicto que hay en nuestra vida entre los significados de cada uno de los planetas que intervienen en cada aspecto. Señalan nuestros conflictos y nuestras virtudes. En la carta astral se dibujan o aparecen representados mediante líneas que van de un planeta a otro; normalmente en trazo continuo los de carácter armónico y en trazo discontinuo los de tipo inarmónico. También suelen dibujarse con colores azules y verdes los armónicos y con rojos los inarmónicos.
Los aspectos no surgen caprichosamente, sino que encuentran su razón de ser en la observación de la propia naturaleza. La teoría de los aspectos es muy antigua, pero recientemente se ha podido confirmar su fiabilidad en ámbitos tan alejados de la Astrología como son las comunicaciones por radio: cuando los planetas forman ángulos inarmónicos producen más interferencias y rupturas de comunicaciones que cuando están en ángulo armónico.
También tienen un origen matemático, pues surgen al dividir los 360 grados del círculo zodiacal por uno, dos, tres, cuatro, etc.
Los aspectos más importantes son los siguientes:
Conjunción: De 0 a 10 grados de separación. Se origina al dividir el círculo por 1. Es el aspecto más fuerte. La cualidad de su influencia depende de los planetas que la formen y de otros aspectos adyacentes. Son especialmente importantes los planetas que se hallen conjuntos al Sol, la Luna, el Ascendente o el Mediocielo, convirtiéndose, automáticamente, en planetas dominantes de la carta astral. Los planetas que formen conjunción a estos puntos marcarán de una forma determinante nuestra personalidad y nuestro destino. La conjunción por antonomasia es la Luna Nueva (conjunción del Sol y la Luna).
Oposición: Cuando hay 180 grados (+ o –
de separación. Se origina al dividir el círculo por 2. Revela inarmonía o tensión entre los planetas implicados. Funciona especialmente en las relaciones con los demás. Normalmente reflejan aspectos de nuestra psique que proyectamos con suma facilidad en los demás o que buscamos en los otros. Señala experiencias vitales difíciles en las relaciones humanas y en todo tipo de contacto con el exterior. Sin embargo, en su vertiente positiva, o si sabemos usarlas constructivamente, pueden actuar como espejos que permiten vernos mejor ante las circunstancias externas y saber algo más de nosotros al vernos reflejados en la conducta de los demás.
La conjunción tiene un carácter neutro, y depende fundamentalmente de los planetas implicados. La oposición y la cuadratura son aspectos inarmónicos. El trigono y el sextil son aspectos armónicos o benéficos.
Cuadratura: Cuando hay 90 grados (+ o – 7) de separación, y se origina al dividir el círculo por 4. Indica discordia, conflicto, ruptura y tensión. Se trata de algo más interior o personal que la oposición, funcionando sin tanta necesidad de que intervengan los demás o las relaciones personales. Revelan aspectos de nuestra naturaleza que conviene limar o enfocar hacia el lado más activo o creador representado por los planetas implicados. El potencial de la cuadratura es enorme, como el de la oposición. Las personas en cuya carta astral predominen estos aspectos de tensión deben ser capaces de realizar grandes tareas, ya que, de lo contrario, su vida tiende a discurrir de conflicto en conflicto.
Trigono: Cuando hay 120 grados (+ o –
de separación, y se origina al dividir el círculo por 3. Es uno de los aspectos con mejor prensa y que a todo el mundo le gusta tener. Significa suerte, facilidad, éxito y armonía entre las cuestiones señaladas por los planetas que intervienen. El lado problemático de este aspecto armónico puede ser su tendencia a la relajación, a la comodidad o al estancamiento.
Sextil: Cuando hay 60 grados (+ o – 5) de separación. Es una influencia positiva que representa oportunidades y posibilidades de establecer alianzas o procesos de crecimiento entre los asuntos significados por los planetas que intervienen.
Sin embargo, la moderna interpretación demuestra que no debemos caer en un lenguaje maniqueísta a la hora de la interpretación astrológica. Dependerá del contexto global de la carta astral, ya que sería un error interpretar los aspectos interplanetarios de forma aislada.
Otro factor importante para ver cómo actuarán los planetas en una carta astral es el grado de evolución o experiencia del individuo, así como su nivel de conciencia y su poder de voluntad.
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